Agarrado a la botella,
da igual de qué licor,
busco alcohólicas
mariposas,
aleteo de alas
rabiosas.
De un trago amargo,
seco y desalentador,
caliento mi tocado ser,
ciego mis ojos para no
ver.
Para no ver el
infierno,
abrasador, consolador,
que me precipito a él
de cabeza y con los
pies.
Con otro trago
ambarino,
me tambaleo cual
marino,
en medio de una
tormenta,
entre huracanes me
encuentro.
¿Qué será de mí, pobre
infeliz,
agarrado a la botella,
bebo para morir, solo,
sin nada? Busco este
fin.