12 de agosto de 2011

La gran aventura de poder volar

Voy dejando huellas de mis danzarines pasos

por la arena blanquecina de la llana playa,

que en su marea calma, no arrastra penas,

sino rumores de oleaje, palabras caprichosas.

 

Se hunden mis pies ligeros en tibias arenas,

enredando entre mis dedos granitos,

de esperanza algunos, de dichas otros,

que cosquillean en mí como plumas salvajes.

 

Caminando hacia la orilla, sonriente,

dejo que la espumosa agua rompa en mí,

salada y cicatrizante que cura mis heridas,

que calma la sed de mi fatigado caminar.

 

Palpitan graznidos de gaviotas, blancas y negras,

en su errático volar, buscando corrientes aéreas,

dejando una danza hipnotizadora y alegres parloteos.

Mi alma se ensancha con sus proféticas acrobacias.

 

Quisiera yo poder volar, si no en cuerpo,

dejar libre a mi oxidada felicidad,

que entre pliegues se esconde, mi alma

mil veces doblada, quisiera yo poder volar.

 

Surcaría mares, montes y hasta labranzas

para azuzar con mis alas

la crecida de sus simientes y poder viajar

sin billete a paraísos terrenales, y dormitar…

 

…dormitar en las copas de los árboles,

ser inquilino de nidos abandonados,

ahuecar mis alas con la fresca lluvia,

y despertar con el rocío de la mañana.

 

En esta orilla de pensamientos fantasiosos,

dejo escapar la imaginación adormecida,

buscando viajes ficticios, para alcanzar

horizontes sin fin, entre visiones alocadas.

 

Volviendo a las blanquecinas arenas

y a las espumosas aguas purificantes,

que estimulan mi córtex cerebral,

dejo constancia de mi abstracto recital.


Dulce Masturbación cultural

Masturbo mi cerebro

para poder eyacular

palabras blancas

en son de paz.

 

Blancas y lechosas

mis palabras brotan

de miembro viril,

que es mi pluma…

en sacudida servil.

 

Limpio en papel

los restos de mí,

que son parte de

mis sesos…

que piensan por ti.

 

Excitado a mil,

expulso mi vida,

que no es más

que pureza febril.

 

Este escrito,

es fruto dulce

que saboreas

gustosa…

de felación feliz.

 

¡Iz…iz…iz…iz!!!!


Cambié de lado en la cama


Me cambié de lado en la cama,

estaba caliente…

y me cambié al lado opuesto,

frescor en el lado vacío.

 

Y vacío estaba ese lado,

lado de soledades,

lado de abandonos.

Y frío estaba el lado vacío.

 

Como tu alma helada,

que frío dejó tu lado,

vacío me dejó el corazón,

caliente mi lado.

 

Me cambié de lado,

el frío ya se calentó,

y cambié al lado opuesto,

templado, sin helor.

 

Y di más vueltas en la cama,

buscando el frescor,

el frío que tu alma dejó

en el lado opuesto del colchón…

 

Y vacío me veo,

y cambié,

y caliente me veo,

y cambié,

ahora no duermo…

y vacío me veo,

y me levanté,

y el suelo estaba frío…

y mis pies lo agradecieron,

y caminé…descalzo,

y ya no volveré a mi cama,

que la ocupa tu ausencia,

tu esencia…

y desvela mi serenidad.